En el cuidado de pacientes encamados el baño es una práctica indispensable para para mantener la salud, ayuda a mantener la piel sana y a prevenir infecciones. El uso de esponjas jabonosas para la higiene de pacientes en cama es una excelente alternativa que ayuda a que su paciente o ser querido se sienta cómodo, fresco y limpio.
La cantidad de ayuda que el paciente necesite para asearse depende de qué tan bien pueda moverse, tal es caso de: Adultos mayores con demencia o poca movilidad, pacientes o familiares tenga problemas a corto plazo con el cuidado personal porque se está recuperando de una enfermedad, fractura o cirugía. También puede ser el caso de pacientes con una condición crónica que les impida ponerse de pie y por lo tanto, permanezcan en cama por largos periodos de tiempo.
Es notable la mejora en los hábitos y condiciones de higiene corporal clínicas y hospitales y esto está estrechamente relacionado al uso de nuevos materiales para el aseo de pacientes, entre ellos esponjas jabonosas desechables como Baño Fácil, que garantizan la máxima limpieza y gran practicidad.
El uso de esponjas jabonosas, como Baño Fácil, para la higiene de pacientes encamados ya sea en casa o en el hospital protege tanto a los profesionales de la salud como a los pacientes de una posible infección cruzada. Asimismo, las esponjas jabonosas en el ámbito hospitalario reducen el tiempo de acción de los profesionales sanitarios y disminuyen los costes de todas las tareas de higiene.
¿PORQUÉ USAR ESPONJAS JABONOSAS PARA EL ASEO ASISTIDO?
En los casos en los que el paciente no puede moverse bien o no puede moverse en absoluto, necesita tomar un baño asistido en cama. Esto a menudo se denomina baño de esponja, aunque se suelen utilizar paños para este propósito. Las esponjas jabonosas, como Baño Fácil son la opción ideal para la higiene de pacientes, pues se obtiene un baño completo rápido, sin mojar las sábanas y sin utilizar mucha agua.
Para los adultos mayores que permanecen en cama se puede usar las esponjas jabonosas para su higiene de dos a tres veces por semana. Bañar al paciente diario puede poner a la persona en riesgo de tener problemas en la piel, como lesiones por presión (úlceras). Los pacientes más jóvenes pueden bañarse con más frecuencia si así lo desean y si no tienen problemas de circulación.
Si tu familiar o paciente en cama tiene cierta movilidad, deja que él o ella se asee lo más que pueda con el apoyo de la esponja jabonosa. Mientras ayudas a que la persona se desvista y mientras asistes la higiene, actúa con sencillez y de manera relajada. Si eres un cuidador inexperto, la hora del baño puede ser incómoda y vergonzosa para ti o tu ser querido. Esto puede ser especialmente cierto si estás cuidando a un padre del sexo opuesto. El paciente puede sentirse menos cohibido o avergonzado si se actúa con normalidad y sin vergüenza.
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